jueves, 27 de septiembre de 2012

Virgin Box.

Creo que definitivamente debería cambiar el título de este blog y llamarlo ahoraqueporfintengowifi que es lo que de verdad siento ahora. Virgin ha truncado mi proyecto de blog Erasmus (de momento).
Después de esperar quince días a recibir el módem, después de presentarnos en Virgin y que nos anuncien que nunca ha salido de allí porque hay un error, después de que Correos diga que no vivo aquí y que por tanto no me ha podido entregar el paquete.. Después de todo eso, de cagarme en Napoleón, en las crêpes, en María Antonieta y en la Torre Eiffel, tengo por fin un precioso router de Virgin Mobile que se ha hecho más de esperar que el presidente negro en la Casa Blanca.
Obviamente, desde la última vez que alguna conexión perdida me dejó actualizar esto, han pasado muchas cosas. Ya tenemos una pequeña España montada aquí - 546854546874546574564654 españoles en manada. Que oye, ni tan mal, a mí el francés como que no me apetece aprenderlo.. Después de ir descubriendo varios sitios donde salir, ir tanteando lugares, he llegado a la conclusión de que "Como en España en ningún sitio". Pero como no me puedo quejar, me acabaré acostumbrando a los cachis de cerveza a cinco euros, al "Papichulo" sonando en todas las pistas de baile y sobre todo a los cincuenta grados interiores de cualquier sitio. Eso último es lo que consigue la preciosa combinación que me acompaña ahora a todas partes: la tos de perro, los mocos de niño pequeño y el dolor de cabeza. Primera visita a la farmacia de este querido Erasmus y viendo este clima (que por no saber, estos gabachos no saben ni llover) no creo que sea la última.
En este tiempo, no todo ha sido cháchara y jolgorio: también ha habido tiempo para ricas clases. Ricas clases con un rico horario que sólo a mí podía pasarme que mis únicas tres horas de clase de hoy sean de 17 a 20, como la más pringada. Pero para poner el toque positivo, diré que las clases por aquí no pintan mal, que en nada sabré poner tetas y quitar granos en las fotos gracias a Photoshop y habré rodado un corto de un minuto y medio centrado en el papel de la luz.
La foto que dejo forma parte del primer tour fotográfico que hice por esta mi nueva casa (que ya me lo pedía el cuerpo) y que me dejó absolutamente enamorada de esta ciudad y sobre todo de sus atardeceres. Porque sí, porque lista de mí, no pude elegir mejor momento para este paseo que la puesta de sol que da a todas las fotos un toque que no hace más que ponerme tierna (me cuesta escoger sólo una fotillo así que para más, http://www.flickr.com/photos/innnnn/). Finalmente escojo ésta, de la calle Saint Firmin, una de las mil callejuelas que recorren el centro histórico (peatonal) de Montpellier.


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